Al norte del complejo de Zoser nos encontramos con el famoso Serapeum descubierto por Auguste Mariette en 1851. Allí se enterraban a los bueyes Apis. El arqueólogo francés descubrió una avenida de 134 esfinges, hoy trasladadas, que servían de entrada al templo a lo largo de algo más de 2 kilómetros. Junto a ellas apareció el famoso escriba sentado que hoy día se conserva en el museo del Louvre. Los enterramientos estaban compuestos por cámaras excavadas en la propia roca caliza del suelo, en donde se introducían los gigantescos sarcófagos de piedra granítica. Al inicio de sus galerías aparecieron 1.200 estelas votivas del dios buey Apis. El Serapeum cuenta con dos tipos diferentes de enterramiento. Los más antiguos son los enterramientos menores, algunos de ellos de la época de Ramsés II (ca. 1275 a.C.). En la parte superior se encuentran los enterramientos mayores que son unas galerías con grandes nichos a los lados que es la parte que hoy se visita. En estas cámaras se rebajó el suelo para poder dar entrada a los grandes sarcófagos de piedra. Las medidas de éstos son de 3,80 metros de largo, 2,30 metros de ancho, y 2,85 metros de altura total, tapadera incluida. El grosor de las paredes interiores de estas auténticas cajas fuertes, es de 45 centímetros. Su peso, dependiendo del material, ya que los hay de granito o basalto, ronda las 40 toneladas a lo que hay que añadir otras 20 para la tapa.