Aunque es sabido por muchos de los que me seguís, no quería dejar pasar la oportunidad de hacer en esta sección de libros un pequeño homenaje al libro que realmente me convirtió en el «egiptoloco» que ahora soy. Se trata de Dioses, tumbas y sabios, del mítico C. W. Ceram. Este nombre en realidad era el pseudónimo del periodista alemán Kurt Marek, nacido en Berlín en el año 1915. Su verdadera profesión fue siempre la publicidad y la crítica literaria. Su pasión por la arqueología le vino de sus años en prisión en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. En aquel tiempo, tuvo la oportunidad de leer en la cárcel libros de arqueología que le fascinaron sobremanera. Aquel joven de apenas 20 años de edad tuvo la genial idea de escribir un libro de divulgación en el que se relataran todas las aventuras de los descubrimientos arqueológicos, algo aparentemente sencillo pero que hasta esa fecha nadie había puesto por escrito. Acabada la guerra, el joven Kurt regresa a Alemania. Allí en 1949 escribe el verdadero clásico de los libros de arqueología, Götter, Gräber und Gelehrte, Roman der Archäologie, que sería traducido al castellano poco después con el título de Dioses, tumbas y sabios, ya con el pseudónimo de C. W. Ceram.
Poco después, en 1954, marcha a Estados Unidos en donde continuará su prolífica y exitosa carrera literaria. En 1957 publica The March of Archaeology (En busca del pasado), y de seguido vendrían toda una serie de libros magistrales como The World of Archaeology (El mundo de la arqueología), Enge Schlutcht und Schwarzer berg Entdeckung des Hethiter-Reiches (El misterio de los hititas), y su último trabajo, de 1971, Der Erste Amerikaner (El primer americano), publicado un año antes de morir. Todas sus obras han sido traducidas con gran éxito al castellano y es muy fácil encontrarlas en las librerías de segunda mano o en sus reediciones modernas.
El “Ceram touch” que rodeaba a sus libros lo han convertido en un referente obligado de la historia de la arqueología, siendo el pionero en la divulgación de esta disciplina.
© Nacho Ares 2015