Viaje a la nueva capital de Egipto construida por Amenofis IV, Akhenatón, en Tell El-Amarna, la antigua Akhetatón. Allí el Faraón Hereje comenzó desde cero un proyecto religioso revolucionario que focalizaba todo el culto en un solo dios, Atón. Con ello dejaba de lado al tradicional panteón egipcio, especialmente a Amón, Osiris y otras grandes divinidades.