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Esnofru y las nuevas cámaras de su pirámide

Dic 2001

Publicado en monográfico «Misterios de los faraones de Egipto» revista Más Allá en diciembre de 2001.

Ningún otro faraón de la historia de Egipto fue capaz de mover tal cantidad de toneladas de piedra para construir sus pirámides. Y cuando todo parecía señalar que sus misterios se habían perdido para siempre en sus tres pirámides, aparecen nuevas cámaras que reavivan la polémica sobre el significado de estas enigmáticas construcciones. Dashur se encuentra a 40 kilómetros al sur de El Cairo siguiendo la misma carretera que hay para llegar a Sakkara. Dejando a la izquierda el ramal del río y el puente que hay sobre éste y que lleva a Menfis, nos introducimos en un camino de frondosas palmeras decorado con multitud de burros y bueyes. Tras cruzar un paso a nivel sin barreras vigilado por un policía, giramos a la derecha para introducirnos en una aldea en la que comienza a ser abundante la presencia de militares: hemos llegado a la región de Dashur. Por ese despertar al turismo que ha sufrido Egipto durante la década de los 90, en 1996 fue abierto al público uno de los complejos más impresionantes de todo el Valle del Nilo. La razón de su tardía apertura la encontramos en que, como ya se ha dicho, el complejo de pirámides del Imperio Antiguo y Medio de Dashur, se halla en pleno corazón de una zona militar. Además este alejado lugar cuenta con una extraña historia relacionada con el mundo de los OVNIs. Según el investigador mexicano Jaime Mausán, la presencia de una base militar en un lugar tan apartado se debe a un suceso muy similar al de Roswell, Nuevo México (Estados Unidos). Al parecer, un OVNI se estrelló en Dashur y enterados por sus satélites espías, los americanos se pusieron en contacto con los israelíes para hacerse cuanto antes con el objeto extraterrestre. Hasta allí se envió un helicóptero de las Fuerzas Aéreas Israelíes que en una operación relámpago se hizo con el objeto para poco después retornar a su punto de partida. La fuente de la información, Jaime Mausán, resta credibilidad a esta historia aunque no deja de ser curioso la existencia de este tipo de “leyendas urbanas” en lugares arqueológicos tan distantes.

Cinco siglos de pirámides

En Dashur se levantan doce pirámides en total, si bien de cinco de ellas no sabemos absolutamente nada. Las más importantes son las dos construidas bajo el mandato de Esnofru. Más de cinco siglos después, Amenemhat II edificó una pirámide hoy prácticamente desaparecida. Solo sabemos que tenía un lado de 50 metros. Al noreste de la región Sesostris III levantó otra pirámide de 78,5 metros de altura, 105 de lado y 56 grados de pendiente. Por su parte, Amenemhat III se hizo construir otra pirámide al este de Dashur con ladrillos de adobe, la “Pirámide Negra”. Aunque hoy solamente conserve un montón de escombros, en la Antigüedad este monumento alcanzó los 81 metros de altura, 105 de lado y 57 grados de pendiente, es decir, muy similar a la de su antecesor Sesostris III. A unos 4 kilómetros al sur de Dashur existen los restos de otras dos pirámides conocidas con el nombre de pirámides de Mazghuna y que toman el nombre de la aldea cercana. Su identificación es todavía inexacta aunque se sospecha que podrían pertenecer al último faraón de la dinastía XII, Amenemhat IV y su esposa Sobekneferu. Sin embargo, las dos pirámides más importantes de todo el complejo de Dashur son las levantadas durante el reinado de Esnofru. A pocos metros de la entrada a la base militar, el autobús turístico y los taxis dejan al visitante prácticamente en la entrada a la Pirámide Roja, nombre que le viene de la particular coloración que poseen los bloques que fueron empleados para su construcción. esnofru04-nacho_aresSegún la egiptología ortodoxa, ésta es la primera pirámide verdadera edificada en Egipto. Su altura es de 104 metros y sus lados casi alcanzan las medidas de la Gran Pirámide, 220 metros (la Gran Pirámide tiene 230 metros). Curiosamente su inclinación, 43 grados, es idéntica a la que posee la parte superior de la llamada pirámide “romboidal” o acodada, también construida por Esnofru un kilómetro más al sur y que se debió de edificar poco antes de la Pirámide Roja. Este detalle ha servido a algunos investigadores para respaldar la posibilidad de que la Pirámide Roja es una evolución de la anterior. Para entrar en ella es necesario ascender primero por la cara norte a lo largo de unos peldaños construidos aprovechando los propios sillares de la pirámide hasta una altura de 28 metros. Tras bajar a lo largo de 60 metros por un infernal entarimado y alcanzar las entrañas del suelo, nos encontramos con la primera de las habitaciones. En total hay tres rematadas en bóveda falsa, construida por aproximación de hiladas de piedras, muy similar a la que posee la Gran Galería de la Gran Pirámide. La segunda de estas cámaras se coloca sobre el eje central del monumento y es utilizada en ocasiones por grupos de sensitivos para realizar experimentos psíquicos. La llamada cámara del sarcófago está construida por encima del nivel de las otras dos, y para acceder a ella es necesario subir por una escalera de madera puesta a propósito para hacer más fácil la visita del turista. En ella comprobaremos desde el improvisado mirador, que el suelo está levantado, quizá producto de los ladrones de tumbas ya en la Antigüedad. Hace unos años se halló al pie del monumento el llamado piramidión que supuestamente se colocaba sobre el vértice de la pirámide. Todavía los expertos no están seguros de que efectivamente corresponda a la Pirámide Roja ya que no tiene el mismo grado de inclinación que la propia pirámide en sí. Este piramidión se puede ver hoy en la cara este del monumento, junto al antiguo templo de la pirámide, una construcción realizada con ladrillos de adobe.
La Pirámide Roja ha sido considerada siempre como el resultado final de una insólita experimentación llevada a cabo por los arquitectos del reinado de Esnofru. Todos los egiptólogos académicos coinciden en que en esta pirámide fue en donde se enterró el cuerpo momificado de Osiris Esnofru y que el resto de pirámides que se le atribuyen no fueron más que el resultado de los continuos y fracasados esfuerzos por lograr una pirámide de caras totalmente lisas. Gracias a las diferentes marcas dejadas por los canteros en la época de la construcción el egiptólogo alemán Rainer Stadelmann ha conseguido ubicar cronológicamente estas construcciones en la época de Esnofru.

Experimentos arquitectónicos

esnofru02-nacho_aresSituada a unos dos kilómetros al sur de la pirámide Roja se levanta la pirámide romboidal o acodada. Esta extraña pirámide de doble pendiente, de haber conservado su inclinación original (54 grados) habría alcanzado los 128,5 metros de altura. Pero con el cambio de planes se quedó en 105 al rebajar la inclinación a 43 grados. Su mal estado de conservación obliga a que permanezca cerrada al público. El cambio de pendiente se ha explicado como una decisión obligada debido al hundimiento de varias bóvedas en su interior, y no a una necesidad perentoria de acabar el monumento debido a la muerte del faraón.

Nuevas cámaras

La región de Meidum se encuentra a casi 90 kilómetros al sur de El Cairo. Al ser un lugar relativamente alejado, es difícil que un circuito turístico convencional incluya su visita, sin embargo, el paso por este lugar no desencantará al viajero ávido de nuevas sensaciones. A simple vista, la pirámide que allí se levanta parece un zigurat mesopotámico. Su construcción probablemente fue comenzada por el faraón Huni, el último gobernante de la III dinastía, aunque todo parece indicar, gracias a los grafitos encontrados en las cercanías, que las obras fueron continuadas por Esnofru. Se trata de una pirámide que debió de alcanzar los 93,5 metros de altura y que tenía un lado de 147 metros. Su pendiente es de 51 grados y ofrece anomalías constructivas. Al comienzo se diseñó como una pirámide de siete escalones similar a la de Zoser y que hoy se puede ver en la meseta de Sakkara. Sin embargo, se sabe que más tarde el arquitecto retocó el plan para hacerla de ocho y rellenar los desniveles con el fin de convertirla en una pirámide de caras lisas. Pese a todo, el ingenio arquitectónico no tuvo éxito y los muros exteriores se hundieron dejando a la luz el aspecto de torre que tiene en la actualidad. esnofru03-nacho_aresDesde hace poco tiempo, la pirámide de Meidum se ha convertido en uno de los lugares calientes de la investigación egiptológica debido a los hallazgos que allí se han realizado. En efecto, el año 2000 era la fecha prevista para que se abriera de una vez por todas la cámara descubierta en la Gran Pirámide por un equipo alemán en el año 1993. No fue así, pero los medios de comunicación se hicieron eco de otro hallazgo quizás igual de impactante. Hasta entonces se creía que la pirámide de Meidum contaba únicamente con una sola habitación cuya techumbre, al igual que las habitaciones de la Pirámide Roja de Dashur, estaba cubierta por una bóveda falsa. Sin embargo, un equipo francoegipcio descubrió gracias al empleo de endoscopios de fibra óptica que también existen dos pequeñas habitaciones cubiertas de igual modo con bóveda falsa. Al parecer corriendo paralelo y por encima del pasillo descendente que se emplea para llegar hasta la cámara funeraria existe otro pasillo que hasta ahora había permanecido ignorado. La presencia de unos extraños bloques al pie de la entrada a la cámara funeraria dio la primera pista a los investigadores franceses. Introduciendo un pequeño endoscopio flexible del grosor de un dedo, advirtieron la presencia de un pasillo muy corto de apenas 3 metros de longitud que iba a dar a dos habitaciones consecutivas. La primera, llamada cámara sur, tiene 2,6 metros de ancho, 3,5 de largo y 2,1 de alto. Perforando el antiguo canal descendente los investigadores franceses descubrieron la presencia de una cámara más, llamada cámara norte, similar a la anterior y que conectaba con un canal o pasillo nuevo descendente de más de 15 metros que, como ya se ha dicho, corría paralelo al de entrada a la pirámide.

Lo más sorprendente de todo es que se ha podido comprobar que las cámaras poseen inscripciones. Ello podría suponer la presencia de los Textos de las Pirámides más antiguos conocidos hasta ahora, tres siglos más antiguos que los de la pirámide de Unas en Sakkara. Los interrogantes que suscitan estos monumentos siguen martilleando la cabeza de numerosos investigadores. Si realmente Esnofru es el artífice de la construcción de estas tres pirámides, ¿cómo se explica que un solo faraón poseyera tres de estas gigantescas construcciones? ¿Acaso se levantaron tres tumbas para él? Las dos pirámides de Esnofru “que sobran”, son explicadas como cenotafios. Pero, ¿cuáles fueron cenotafio y cuál la tumba? Quizá el interior de las nuevas cámaras descubiertas recientemente en Meidum ofrezcan un halo de luz sobre este misterio.

Esnofru. Una aproximación histórica

Padre del conocido Keops y primer faraón de la IV dinastía, reinó durante más de dos décadas desde 2613 hasta 2589. Gracias a los restos arqueológicos que nos han quedado de sus tres pirámides y a los documentos que hablan de su reinado, sabemos que bajo el gobierno de Esnofru el Egipto faraónico comenzó una época gloriosa de grandes construcciones no solamente de grandes pirámides sino también de templos, palacios y fortalezas militares en lugares estratégicos del Valle del Nilo. Sabemos que realizó varias expediciones mercantiles a la franja palestina en busca de maderas. Desde el punto de vista militar conocemos algunas de sus incursiones en prácticamente todas las fronteras del país incluyendo Nubia, Libia o el Sinaí lugares de donde trajo miles de prisioneros. Por ejemplo, la Piedra de Palermo cuenta que en Nubia capturó 7.000 prisioneros y 200.000 cabezas de ganado, en definitiva grandes ingresos destinados seguramente a paliar los increíbles gastos que debieron de suponer las construcciones llevadas a cabo a comienzos de la IV dinastía.

© Nacho Ares 2006

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